Foto estudiantes Psicología Clínica

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jueves, 7 de octubre de 2010

DISFUNCION SOBRE LA ATENCION
· Patologías relacionadas con la disfunción de la atención:
La disfunción atencional se halla presente en múltiples trastornos neurológicos y psiquiátricos tales como traumatismo craneoencefálico, depresión, ansiedad, esquizofrenia, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, retraso mental.
En la infancia la presencia más relevante de disfunción atencional se presenta en el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) según el DSM-IV (APA, 1994) o Trastorno de la Actividad y de la Atención según la CIE-10 (OMS, 1992); cuya característica esencial es un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad-impulsividad. Estudios epidemiológicos con criterios DSM-IV evidencias una incidencia variable en función del subtipo diagnóstico que se utilice: con predominio hiperactivo-impulsivo (3,9%), con predominio del déficit de atención (9%) y del tipo combinado (4,8%). (Baumgaertel, Wolraich y Dietrih, 1995).
Se valoran principalmente los siguientes síntomas de inatención que deben persistir al menos durante 6 meses y con una intensidad incoherente o desadaptativa en relación con el nivel de desarrollo.
Tabla 2: Síntomas de desatención en el TDAH según la DSM-IV (APA, 1994)
a) A menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido en sus responsabilidades o en otras actividades.
b) A menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades lúdicas.
c) A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente.
d) A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas u obligaciones en casa o escuela (no por comportamiento negativista o incapacidad para comprender instrucciones).
e) A menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
f) A menudo evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido.
g) A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (ejercicios, lápices, libros).
h) A menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes.
i) A menudo es descuidado en las actividades diarias.
Aún así, lo más importante es que un niño o una niña con disfunción de atención (independientemente de cuál sea su diagnóstico) presentarán dificultades en el seguimiento académico normal, no teniendo un rendimiento ajustado a sus capacidades (Dykman et al., 1971; Rosenberger, 1991; Hinshaw, 1992; Faraone et al., 1993). Estos problemas de aprendizaje evidentes, se centran en las áreas de lectura, ortografía y matemáticas (Saffer y Allen, 1976; Cantwell y Saterfield, 1978; Conners, 1980), constituyéndose en déficits instrumentales que irán dificultando la adquisición de nuevos conocimientos incluso una vez solucionado el déficit de atención.
Por este motivo la evaluación temprana de la disfunción atencional es primordial para permitir paliar sus consecuencias negativas ofreciendo estrategias cognitivas, educativas y sociales.

· Disfunción de la atención (tratamiento):
La intervención de las disfunciones atencionales viene pautada por el tipo de trastorno al que se hallen asociadas (hiperactividad, esquizofrenia, retraso mental, traumatismo, etc.). El déficit atencional en el trastorno hipercinético mejora considerablemente con la administración de fármacos estimulantes: metilfenidato, dextroanfetaminas o pemolina (Taylor et al., 1987), al tiempo que también los síntomas de déficit de atención reactivos a un estado emocional disfórico evolucionan satisfactoriamente con la administración de antidepresivos.
Aún así, aquí no queremos centrarnos en los tratamientos específicos de cada trastorno, sino en las actitudes comunes que deben tenerse en cuenta en la intervención de lo que es común en estos trastornos: la disfunción de la atención.
En el caso de la infancia, es preciso destacar una serie de intervenciones en pautas de conducta, tanto en casa como en el aula, que no por frecuentes son más útiles.
Debemos evitar “motivar” al niño o la niña con frase como: ¿Por qué no lo intentas con más interés?, o ¡Por Dios, quieres hacer el favor de concentrarte de una vez y dejar de mirar las musarañas! Llamarles la atención de esta manera no les será de gran ayuda, sino al contrario facilitará la presencia de un sentimiento de frustración y una mayor presión que puede dificultarles más el estar atento; cuando no, a largo, plazo potenciar la presencia de alteraciones en el estado de ánimo, además de las ya presentes dificultades de rendimiento académico.
Los niños con disfunción atencional no pueden evitar despistarse y distraerse ante estímulos ajenos a la tarea-objetivo (precisamente porque su capacidad de atención y concentración no funciona adecuadamente), así que apenas conseguiremos unos pequeños instantes de atención con una actitud imperativa a la vez que incidimos negativamente sobre su motivación y por tanto conseguiremos a largo plazo su impersistencia en la tarea propuesta e incluso su negativa a realizarla.
Por mucho que intentemos aislarlos de estímulos distractores, ellos seguirán distrayéndose a la más mínima perturbación que aparezca a su alrededor.
Las estrategias más positivas comprenden una actitud comprensiva ante el PROBLEMA, y adaptar el tipo de enseñanza y las pautas educativas para estos niños y niñas. Por ejemplo: en clase, es conveniente dividir las tareas a aprender en pequeños pasos para que pueda irlos aprendiendo en sus cortos periodos de atención, dándoles la oportunidad de descansar unos instantes entre periodos. Es conveniente también que las instrucciones tanto en el aula como en casa (con las responsabilidades) sean directas y centradas en lo realmente significativo e importante.

1 comentario:

  1. Yaneli, felicidades, está muy completo tu trabajo que subiste al blog, gracias por participar y compartirnos tu trabajo. Sigue Adelante.

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